¿Inversionista o socio? ¿Qué le conviene a tu startup?
Sin duda, quieres que tu negocio crezca; y para hacerlo necesitas de personas que te apoyen no sólo con ideas o capital, sino también, con plena confianza hacia la viabilidad de tu proyecto. La intención de buscarlos es simple: necesitas que te apoyen para lograr, entre otros objetivos, una operación fluida, mayor mercado y un mejor futuro para tu empresa. Pero para ello, ¿a quién, exactamente, requieres? ¿A un inversionista o un socio?
Estos son términos que muchas veces se confunden; sobre todo porque, aunque ambos se refieren a un individuo que destina un monto para adquirir parte de un proyecto, a fin de obtener por él un rendimiento en un futuro; el involucramiento y la participación que tiene cada uno en su operación no es el mismo. Te explico por qué.
Similares pero no iguales
De entrada, un inversionista y un socio, aunque comparten interés por una empresa (y por eso le destinan capital) tienen características diferentes. El primero es el que participa adquiriendo acciones, bienes intelectuales o materiales de la compañía con el objetivo de que, en un futuro, pueda obtener por ellas un rendimiento mayor del que pagó originalmente.
Por otra parte, el socio es ese individuo que toma relevancia en un proyecto ya que influye activamente en su gestión, desarrollo y operación. Es decir, el involucramiento que tiene va más allá de solo aportar un monto (lo que significa que también puede ser inversionista); sino también, añade a esto su conocimiento y trabajo para ser un protagonista en su crecimiento.
Sin embargo, para entender aún más qué los hace distintos, podemos referir otros objetivos que también buscan, al interesarse por una empresa.
Por la salud de los números
El inversionista puede también entrar a una compañía para solucionar su situación financiera; es decir, si un proyecto tiene una fuerte deuda, con números rojos, pero mantiene una adecuada valuación por sus características y perspectivas, es muy probable que haya alguien que quiera destinarle un monto para remediar este problema a cambio de una parte de sus acciones o activos.
Además, de acuerdo al dinero que invierta y las acciones que compre, puede tener injerencia en las decisiones de la empresa; en este punto, existen los llamados “ inversionistas silenciosos” que sólo aportan capital pero no quieren o no necesitan participar, de ninguna forma, en su operación.
Sin embargo, para el caso de las startups, tomando en cuenta que están en una etapa temprana de desarrollo, es obvio que requieren de asesoría y guía de expertos para perfilar las acciones que deben tomar para lograr su crecimiento. Por ello, mi sugerencia es que cuenten siempre con alguien más involucrado.
Manos a la obra
El socio es el que toma un rol estratégico. Al estar más implicado en el funcionamiento del negocio puede participar, con su conocimiento, contactos o tiempo, en decisiones administrativas, financieras u operativas. La enorme ventaja de contar con una persona involucrada es que tiene un sentido de pertenencia, lo que le hace tener un compromiso permanente hacia la empresa
Sin embargo, aquí hay un factor que no debes pasar alto: ¿cuánto es el control que estás dispuesto a ceder? Porque, muchas veces, las ideas de un socio pueden ser distintas a las tuyas; ahí es donde tienes que demostrar tus capacidades de negociación y tolerancia.
Para el caso de las startups no olvidemos que el tipo de inversión que predomina es el Venture Capital, que justo promovemos en Polígono Capital: a través de él se aporta dinero aún sabiendo del riesgo en “confiar” en proyectos que aún no están completamente conformados y que tampoco cuentan con un historial crediticio o de resultados que avalen y garanticen su éxito.
Pero eso no es todo; como parte de nuestro compromiso de ser socios, desde nuestra firma, participamos activamente con coaching de temas financieros, contables, de marketing, capital humano y estrategia, a fin de acelerar la profesionalización de la empresa a la que le estamos apostando. Se trata de darle todas las herramientas para un crecimiento constante y guiado.
Como ves, tu decisión está en definir si sólo necesitas capital para tu empresa (a fin de sanear finanzas, comprar equipo o contratar personal); o bien, requieres asesoramiento y participación de un socio que trabaje contigo, en su operación, para darle un futuro de éxito al proyecto. La decisión es tuya.